Pues Lucía llevaba años disfrutando de la casa como segunda residencia junto a su familia pero quería darle un toque más personal para poder sacar más provecho a ciertos espacios como la cocina, baños y sobre todo una escalera que ha quedado preciosa.

 

Desde el acceso principal nos dirigimos a la sala de estar y la cocina enmarcada por un ventanal y abierta al comedor. Los colores escogidos fueron los tonos piedra, grises-verdosos en combinación con la madera.

La cocina, aprovechada todo lo posible en almacenamiento y con una pieza destacada que por su parte interior es despensa junto a espacio para pequeño electrodoméstico. Y por su parte exterior es un panelado decorativo que decora el recibidor con un pequeño banco de madera.

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Sin salir del recibidor encontramos el baño de cortesía, justo aprovechando el bajo escalera. Lo hemos decorado siguiendo los tonos verdosos y añadiendo la madera para añadir calidez y bienestar. Menos es más y con un simple toque de azulejo de pequeño formato hasta media altura, una repisa de roble macizo junto a un bol blanco, tenemos suficiente.  Decoramos con un toque de mimosa, una flor delicada y preciosa que procede y le da la bienvenida a cualquiera de los que viven y visitan esta casa.
 
La chimenea, centrada en la sala de estar no era como la vemos ahora, sino que estaba revestida de piedra. Ahora gracias al revestimiento de pladur y la bancada a ambos lados, hemos podido dar un toque más moderno. Por cierto, el revestimiento de la bancada es de mortex (micromortero), un material decorativo, estiloso y práctico, gracias a la aplicación del barniz que lo protege de posibles arañazos o golpes.

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El porcelánico gris del pavimento de formato grande es el que contrasta con el resto de la vivienda revestida con un parqué laminado de gran formato y alta calidad, con lo que también hemos revestido la escalera.